Una pizca de locura.

Llevamos toda una vida intentado enmarcar las situaciones, los comportamientos, las reacciones... dentro de un rango en el cual establecemos qué es lo normal y qué no lo es. Lo hacemos para tener cierta seguridad a la hora de decidir si nuestros actos son los correctos o no, si nuestras reacciones ante problemas, enfrentamientos... están dentro de esa normalidad. Lo malo  es que cuando estas ocurren y no están dentro del marco impuesto por una sociedad, somos "malos" o peores personas, e incluso  diferentes. 

Lo  cierto es que al igual que el mundo evoluciona los marcos en los que vivimos también deben hacerlo, porque el quedarnos con unos valores determinados para toda la vida, el  calificar  algo  como normal o anormal y mantener esa calificación durante demasiado tiempo puede llevarnos a una profunda monotonía de la que sería muy  complicado salir. Por  ello  debemos admirar a aquellas personas con el suficiente valor para salirse de lo "normal", pues estas son las que  dan a nuestra vida un toque de locura cuando la cordura se hace demasiado pesada.  

La historia de nuestra vida.

Una carta, un amor, un recuerdo, una sonrisa, una mirada, un suspiro al aire, un beso con dulzura, un abrazo de pasión... Tenemos mil maneras de recordar historias preciosas, otras no tanto... Pero para poder aprender necesitamos de ellas.

Conclusiones vividas

Los seres vivos somos capaces de muchísimas cosas, muchas más de las que podemos apreciar día a día. Somos quienes creamos ilusiones, tanto a nosotros mismos, como a otras personas; somos capaces de echar mundos, ideas... al suelo, pero también somos capaces de evitar que esas cosas se caigan. Son cosas que día a día hacemos, que son gran parte de los momentos que construyen nuestro camino, y somos nosotros los responsables, primeramente de mantener nuestro mundo en pie con el objetivo de crear mejores momentos, mayores ilusiones, y seguidamente hacer que todo lo bueno que nos afecte, afecte a los de nuestro alrededor.

Dicen que nunca es tarde, y pues es cierto. Aunque un mundo no se construya de un día para otro la historia demuestra que después de guerras, craks... podemos conseguir algo incluso mejor que lo que tuvimos. El truco está en no dejarse caer.

Futuro de promesas incumplidas

Las personas somos así, prometemos la luna y nos la prometen , lo peor no es cuando te la han prometido y no te han acercado ni un milímetro. Lo peor es cuando la gente conoce como  guiarte y una vez hecho, y pensando en la luna que te esperabas como recompensa, ves que la vida no trata de esperar nada de nadie, la vida trata de luchar y labrar el camino que hará que tú misma, por ti, llegues a la luna. Será ahí entonces cuando comprenderás que vidas sólo hay una, y que ocasiones por las que luchar son las que te harán rozar la luna y estar más cerca poco a poco.

Fuerza para seguir,cambiar y mejorar.

Toda la vida viendo como los demás cometen errores, y ahora vas tú y haces lo mismo.
Pero, la cuestión ya no es si los cometes o no, la cuestión es si estás dispuesto a que vuelvan a repetirse.

El camino de la vida.

Identificamos la vida con un camino, una comparación muy apropiada, pues un camino tiene sus piedras, y no tiene sólo una, sino varias. Ello es porque es ley que en alguna caigas para aprender a levantarte. Tiene paradas para que en ellas puedas conocer a gente maravillosa y a gente no tan maravillosa, paradas que te dan el sentido crítico de la vida. Dentro del mismo camino también hay señales, señales que te ponen en situaciones de inseguridad, compromiso y decisión... pero  es que en realidad la vida es eso, un camino lleno de obstáculos, todos y cada uno de ellos puestos para sacar lo mejor de ti mismo .

Somos nuestros propios héroes.

Somos víctimas de nuestras propias mentiras, de nuestros actos erróneos cometidos en el pasado. Pero somos héroes de nuestro propio futuro en este mismo presente. Los únicos que podemos salvarnos de ser nuestras propias víctimas, somos nosotros mismos. No importa un mal día, siempre tendrás el mañana para poder conseguir que los dos días próximos compensen todo lo demás. 

Quien te puede salvar eres tú mismo.