miércoles, 5 de marzo de 2014

Una pizca de locura.

Llevamos toda una vida intentado enmarcar las situaciones, los comportamientos, las reacciones... dentro de un rango en el cual establecemos qué es lo normal y qué no lo es. Lo hacemos para tener cierta seguridad a la hora de decidir si nuestros actos son los correctos o no, si nuestras reacciones ante problemas, enfrentamientos... están dentro de esa normalidad. Lo malo  es que cuando estas ocurren y no están dentro del marco impuesto por una sociedad, somos "malos" o peores personas, e incluso  diferentes. 
Lo  cierto es que al igual que el mundo evoluciona los marcos en los que vivimos también deben hacerlo, porque el quedarnos con unos valores determinados para toda la vida, el  calificar  algo  como normal o anormal y mantener esa calificación durante demasiado tiempo puede llevarnos a una profunda monotonía de la que sería muy  complicado salir. Por  ello  debemos admirar a aquellas personas con el suficiente valor para salirse de lo "normal", pues estas son las que  dan a nuestra vida un toque de locura cuando la cordura se hace demasiado pesada.